¿No sentís que algo te pertenece
aunque te lo hayan quitado?
Esos rufianes con cara de señores
caminan gordos sobre nuestra desdicha.
Si ellos te pisan ¿por qué no odiarlos?
Y sin embargo aquí estamos
viendo morir el sol en ese instante quieto
donde no ocurre nada, y sabés
que sólo podés junto a otra mirada.
¿No sentís que todo está lejos
y que las horas escapan?
Ese tiempo enmascarado gentilmente
en definitiva es quien te mata.
Si él lo hace ¿por qué perdonarlo?
Y sin embargo estamos riendo
en esta rara cueva de cemento.
Todo es perfecto y sabés
que tomé tu mano aunque no dije nada.
¿No sentís que sos otra persona
disfrazada de lo que te imponen?
Esta gran feria de mentiras
tiene espejos de todos los colores.
Si ella te asquea ¿por qué visitarla?
Y sin embargo me llamaste
y las estrellas nos están mirando
aunque su brillo es pobre
cuando tu sonrisa se desnuda en la noche.
¿No sentís que no tenés casa
y que tu lugar es bien adentro?
Este vacío es el que te desgarra
y te lleva por caminos de tormenta.
Si te lastiman ¿por qué seguirlos?
Y sin embargo tus ojos
tiñen de maravilla el humo azul
y su sabor amargo
parece miel derramada sobre mi herida.
¿No sentís que algo te falta
y a veces intuís qué es?
Ese puente es el que separa
la tierra del cielo.
Si lo sabés ¿por qué no lo atrapás?
Y sin embargo estuve ahí,
junto a tu boca perfumada
por un chicle que guardaré por siempre
en mi pequeña caja favorita.
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