Antonin Artaud
LA SEMIÓTICA NOS AYUDA a decodificar signos; éstos intentan decirnos algo. Junto con un contexto asumido, con un trasfondo o background cultural comprendemos el mensaje.Decodificamos e interpretamos según un código aceptado y «legalizado» o, mejor dicho, «normatizado» a priori y tácitamente.El conjunto social acepta la norma y la convierte en unidad de medida.Quienes logran establecer nuevos códigos comunicacionales, estructuras comunicantes revulsivas, ya sea desde el lenguaje, la imagen, o cualquier otra forma de intercambio conceptual, lo hacen desde la descolocación, al margen, desde fuera de un sistema.Paradojalmente quienes en un momento rompieron la norma, subvirtieron valores y se convirtieron en vanguardia pasan muchas veces, en ese mismo instante, a ser nuevos y procelosos guardianes del reciente status-quo de lo cultural, en el sentido antropológico que el término depara.Esta batalla de lo nuevo contra lo viejo y que emerge de manera más visible unas veces en lo artístico, otras en lo político, es por sobre todo y ante todo una lucha dialéctica necesaria y eterna.Picasso, verdadero artista, nunca pintó «EL CUADRO»; murió intentándolo con más de 90 años en Avignon. Siempre buscó; negando lo ya hecho encontró caminos nuevos y también los negó para seguir adelante.Un buen día Mondrian desde la abstracción hizo unos dibujitos vibrantes y sencillos; unas rayitas y colores puros en sus celdas. Vibró el lienzo, vibró él y vibraron los ojos de la gente. Los arquitectos realizaron sus planos y hoy vivimos apretados en dibujitos. Desde luego Mondrián es inocente.El artista cuestiona. El «NO-ARTISTA» interpreta y al hacerlo trasmite y reproduce el fenómeno devaluado de un concepto que, fundado, empieza a morir.De alguna manera, Mondrian pone una maceta nueva en el jardín de una casa pero la señora que repara los geranios es quien traza el puente entre el ARTE y el fenómeno del arte. Desde su no conciencia y, por tanto, desde su ajenidad al concepto de arte, ella genera aún desde lo «kitsch» un momento de creación.Estas inflexiones se dan a todo nivel en las sociedades y en todas sus expresiones.En este circuito sin fin, lo nuevo, los puntos de ruptura, los saltos, lo transgresor es lo que hace verdadero y valedero al proceso.La conservación, la fosilización, el congelamiento, son tan lejanos al arte como un burócrata a un creador.Por eso Artaud al principio de este artículo, por eso la búsqueda permanente e inconformista de todos quienes sabemos que el camino es el único destino del hombre.
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